Girona tiene el encanto y la magia de las grandes ciudades, pero la esencia acogedora de los pueblos.

A caballo entre la Costa Brava y los Pirineos, Girona se encuentra solo a 65 kilómetros de la frontera francesa y a 100 de Barcelona. Por lo tanto, además de su importancia estratégica a efectos comerciales, la ciudad es un punto de partida excelente para conocer la riqueza y variedad de sus paisajes. Además de los vestigios de la época romana y medieval, de su judería y su rico patrimonio de edificios románicos y modernistas, la capital gerundense es una ciudad diversa con una importante oferta de eventos enfocados a públicos diferentes; experiencias únicas como Girona, Temps de Flors; y una gastronomía reconocida a nivel mundial gracias al trabajo de los chefs y restauradores locales. Disfruta de un tranquilo paseo por Girona: cruza por los puentes del río Onyar y observa las famosas y coloridas casas flotantes, y recorre sus calles más emblemáticas, donde encontrarás la famosa estátua de La Leona.